- Frecuencia: que se refiere a las veces por semana que una persona debería realizar una actividad determinada, en nuestro caso física.
- Intensidad: o cuánto debería trabajar una persona en cada sesión, en referencia al esfuerzo, el nivel que implica la actividad física.
- Tiempo: consistente en la duración de cada ejercicio y cada sesión.
- Tipo de actividad: que se refiere a las diferentes clases de actividades realizadas por una persona para conseguir beneficios saludables.
- Progresión: que consiste en cómo debe aumentarse el nivel de los ejercicios. La progresión no significa incrementar continuamente la frecuencia de las sesiones, la intensidad y el tiempo de los ejercicios. Esto podría resultar agotador y aumentar la probabilidad de lesión e incluso abandono de la práctica física. Para la salud es mejor combinar el aumento gradual y el mantenimiento de estas variables.
- Variedad: un programa de ejercicio físico saludable debe incluir variedad de actividades, ya que así evitaremos el riesgo de lesiones que puede acarrear el trabajo repetitivo de unas mismas articulaciones y grupos musculares si nos centramos en actividades o ejercicios muy especializados.
Uno de los objetivos fundamentales de la prescripción del ejercicio es conseguir un cambio en los hábitos personales de los que depende la salud que incluya la práctica habitual de una actividad física. De esta manera, la prescripción del ejercicio apropiada para una persona es aquella que logra este cambio en sus hábitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario